En sus inicios, Roma fue una pequeña ciudad, pero con el tiempo se transformó en un enorme imperio. Las princesas eran las hijas de los emperadores. Las esposa del emperador era la emperatriz y, aunque no podía intervenir en el gobierno, fueron muchas las emperatrices que se las ingeniaron para ejercer la autoridad.
¿DONDE VIVÍAN?
En Roma había gran cantidad de buenos arquitectos y brillantes escultores que contruan anfiteatros, fuentes y estatuas. Las familias imperiales vivían en inmensos palacios con lujosos salones y fastuosos baños.
¿ CÓMO SE VESTÍAN?
Las princesas, como todas las damas de Roma, usaban túnicas atadas a la cintura. pero las suyas eran de seda traída de China y los lazos que las sujetaban estaban hechos con hilos de oro y piedras preciosas.
Les encantaban arreglar sus cabellos con tinturas, pelucas y rulos hechos con tenazas calientes. Además, utilizaban sales, especias, aromáticas y aceites de oliva para suavizar y perfumar su piel. Cuentan que la princesa Popea, esposa de Nerón, se daba baños con leche de cabra para mantener su piel lozana.
UN DÍA EN LA VIDA LAS PRINCESAS ROMANAS
Las princesas se levantaban muy temprano. A las siete en punto ya estaban de pie. Desayunaban generalmente uvas, leche y galletas de trigo, y luego recibían a los profesores griegos. Estudiaban menos que sus hermanos varones pues a las niñas sólo se les enseñaba leer, a escribir ( en latín, la lengua Roma, y en griego), y a resolver operaciones, matemáticas elementales.

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